Wednesday, January 21, 2009

Puesta al día

Sábado

Despierto relativamente temprano para irme a la "estación" y tomar el bus a Washington D.C. Realmente más tardecito que temprano, porque al llegar a la estación me quedaba media hora para llegar a la "estación". Trenes del ass... El que "me servía" llegó a los 10 minutos de haber llegado a la estación. Gad-demet! Para más remate cuando sale a la superficie me doy cuenta que no estaba en la dirección correcta... d´oh! Solución rápida: bajarme y tomar un taxi. Dicho y hecho, llego exactamente 3 minutos para las 12. (Que era la hora a la que partía mi bus.) Pero cuando me preparaba a abordar el bus una señora asiática nos decía que el bus estaba completamente lleno :S ¡Qué mala onda! Tenía que esperar 1 hora para tomar el siguiente. Espero escuchando a la misma señora dando instrucciones a ciudadanos americanos y turistas no asiáticos en un idioma claramente no inglés. Comenzaba ahí mi disgusto por la gente asiática. Si bien ya había comenzado desde antes (cuando en NYC preguntamos a una inmóvil señora) ahora se hacía evidente. Mientras esperaba comenzaba a decrecer mi capacidad de mantenerme térmicamente estable, por lo que comencé sentir un frío intenso ya casi llegado el bus. Una vez adentro había calefacción por lo que no tuve mayor problema. En la ruta, la freeway, había un tráfico decente, no tan grave (por lo de la inauguración), en sus 6 pistas hacia Washington, D.C. Al llegar a Washington, lógicamente que lo hizo en el barrio chino, Chinatown. Malditos chinos... ni siquiera saben dar direcciones bien; además no pronuncian. En fin, me subo a la estación y me voy hasta el Woodley Park. Una vez afuera hacía un frío tremendo. Además me tocó pasar un puente con un viento increíble. Luego de encontrar la calle correcta, me encuentro con una serie de puestos de todo el mundo. Lo primero que me sorprende es una bandera chilena y un letrero que decía claramente EMPANADAS. "¡Qué rico!", dije. "Pasaré a dejar mis cosas y luego iré por una". Buscar la hostal se hizo un poco complicado ya que no hay letrero alguno que te diga que hay una hostal. Al llegar al número indicado cruzo la puerta con receloso miedo, ya que había un letrero disimulado que decía Washington International Student Center, que podía corresponder a un centro de idiomas o algo parecido, pero no una hostal. Al llegar al front desk pregunto si es la hostal, y una señora viendo televisión me contesta que sí. Realmente la señora no era la dueña ni la manager del lugar, sino que una usuaria más. (Señora en sus 60s, maybe) Tras el escritorio había un sujeto, del cual esperaba -lógicamente- la respuesta positiva, quien luego de revisar dificultosamente mi apellido me dio las llaves de mi pieza y me guió hacia ella. Siempre tratas de apaciguar tus sentimientos luego de las primeras impresiones, tratando de esperar algo más que al final derribara lo sentido con las primeras impresiones. Pero claramente esto no pasó acá. De hecho fue de mal en peor:

  1. El living era completamente distinto a lo que había experimentado en las hostales anteriores. Todo roñoso. El ambiente era realmente viejo. Además la gente que ahí se hospedaba era también de edad, así que era aún peor. Faltaba ese toque juvenil, moderno al que estaba acostumbrado.
  2. Al preguntar por wireless internet access me encuentro con que el pastelillo que estaba de "manager" quería escribir la contraseña en mi pc. "¿Tay loco?, dámela escrita mejor."
  3. Al llegar a la pieza me encuentro con un set de camas antiguas, a punto de caerse, con los colchones viejos y sucios, así como amarillo-café... ¡puaj!
  4. Al hacer la reservación me dijeron que no podía quedarme más noches que la que me disponía a pasar. Pero al entrar a la pieza solo 1 cama estaba ocupada. "Llegarán más tarde entonces...  :S"
  5. Al instalar mis sábanas, el cobertor de la almohada estaba altamente oloroso. Claramente no lo habían lavado y lo había ocupado o un viajero por mucho tiempo, o un viejo. (Por el olor... ¡puaj!). Problema que iba a solucionar más tarde, cuando me acostara. No sé por qué siempre me pasa esto. Cuando fui a Macchu Picchu también. La hostal en la que nos quedamos estaba siendo comandada por una niña de 13 años y su hermana de 8, a cargo de las piezas, su aseo, la cocina y el restaurant... obviamente faltaban manos para eso, por lo que en las camas no se cambiaban sábanas. De hecho a Navarro le tocó unas sábanas con sangre (jajajajajajaja) y a mi con pelos... no sé su origen exacto, pero preferí no echar a correr mi imaginación por salud mental. Dormí con ropa esa vez.
  6. Baño viejo, roñoso. 
  7. Conclusión: todo viejo. Ese típico olor a polilla (jajajaj, nunca he olido una polilla, pero... por ponerle un nombre... es como oler a un viejo... jajajajaja) (Ron Viejo añejo  jajajajaja... wena pepo!)
Luego de tantas quejas tenía que ir al centro a conocer la ciudad. Había mucho que hacer y pocos días para recorrer. Pero no sin antes ir al centro de empanadas. Sin muchas ganas de comer y con ánimo de encontrarme a una señora gorda de Chiloé entré para pedir direcciones tontas, como: ¿dónde está el metro?, ¿qué micro me sirve?, etc.) Una vez adentro mi decepción no pudo ser mayor, ¡era atendido por un argentino! ¿Qué chachu hace un argentino vendiendo empanadas? Además eso no era todo. Era escoltado por un mexicano... pffff. Luego del incidente me fui al centro y recorrí rápidamente todo. Fotos en los national archives, treasury, etc. Hasta llegar a la Casa Blanca. Me imaginaba un edificio imponente sobre la oscura noche, pero... nada. De hecho vi nada de ella por la espesa cantidad de graderías dispuestas para esperar la inauguration parade. Así que de vuelta a la hostal pretendía comerme una hamburguesita loca en un bar local. De hecho me instalé frente a la hostal :P ¡Qué mejor! Luego de comer debía enfrentar mis problemas: el cubrealmohadas. demet! Solución rápida: poner la toalla... hmmm... mejor que no, porque al día siguiente la ocuparía... ¿Qué hago?... Solución: ocupar la frazada de la cama de arriba que yacía doblada y con un aparente mejor olor que el cubrealmohadas en cuestión. No sé si habrá sido la solución biológicamente más correcta. Es probable que hayan lavado la frazada. Sea cual haya sido el caso, me hizo sentir más seguro y con más confianza para apoyar mi cabeza.


Domingo

Problema número 1. La plata. No tenía efectivo para pagar mi pieza y mi tarjeta no funciona en los ATMs dispuestos por toda la ciudad. Perdidas muchas horas caminando y caminando pagué mi pieza y me fui a instalar a mi hotel. (Detalle. Antes de partir, me percaté que las camas de mi pieza estaban todavía sin ocupar, excepto por 2, por lo tanto habían 3 camas usadas y 5 disponibles. Al volver (a eso de las 2) todavía seguían sin ocupar, por lo que te da para pensar: ¿habrá sido mala onda?, ¿Estarán esperando un grupo que hará su check-in más tarde?, no estará lo suficientemente eqipado -tecnológicamente- para dar aviso al portal en línea que realmente tiene disponibilidad? (porque todo lo manejaba con una libreta llena de garabatos que llamaba libro de entrada... pfff) Sea lo que sea que haya pasado estaba muy, MUY contento que ya no estaría ahí nunca más en la vida) La pieza no estaba lista, por lo que dejé mi equipaje y salí a vagar. Una vez en la ciudad recorrí todo de día: George Washington University, Iwo Jima memorial, Arlington cementery, The Pentagon, The Capitol y, como plato de fondo, el Lincoln memorial. Gran sorpresa para mí fue que al llegar ahí, luego de una EXTENSA caminata bajo el frío y las condiciones difíciles, lo más cerca que pude estar del edificio fueron unos míseros 100 metros. Gad-demet! Luego de tanto sacrificio me llevaba nada. De vuelta al metro. Caminata eterna. Llego a mi hotel muerto. 10pm y ya estaba en la cama. 10.30pm y ya estaba durmiendo.


Lunes

Despierto a eso de las 10. Check-out y revisión de planes. Tenía que ir a Baltimore, una "ciudad anexa" a Washington, D.C. (Es como Santiago-Melipilla, pero un poco más comercial y "evolucionado" que Melipilla) 2pm y ya estaba en marcha. Era simple: llegar a Union Station, comprar un ticket y embarcarse en el tren hasta Baltimore. Luego de 1 hora de viaje ya estaba en Baltimore. El pequeño gran detalle era que la estación estaba al sur de Baltimore, pero mi hotel estaba al norte de ésta. Gran dilema. Si no encontraba un bus que me llevara iba a tener que desembolsar la ridícula suma de $40 por un ride hasta mi hotel. No hay por donde. Tomé un bus y por $1.75 me bajé justo frente a mi hotel. Eso sí que me tuve que mamar 1 hora de viaje dando vueltas por casi todo Baltimore. Una vez listo empecé a planificar el resto de mi viaje. Resulta que mi ruta original incluía: (maps.google.com si quieren ser didácticos) Washington, D.C. - Pittsburgh - Cleveland - Detroit - Chicago; pero al revisar la disponibilidad de hostales me encontré con la desagradable sorpresa que no habían hostales, no era que no hubiera disponibilidad, sino que de frentón no habían. Ni loco gastaba plata en un hotel. No denuevo. Así que, simple: cambio de ruta. (De hecho me fui percatando por ciudad. Primero caché que Pittsburgh no tenía hostales. Solución: me voy a Cleveland. Crap! No hay. Solución: te vas a Detroit. Cuando estaba es eso pensé en irme a Canadá, ya que el tren sale desde cerca de Detroit y llega a Toronto en unas 2 horas. Luego de ahí podría haber ido a las cataratas del Niágara. Me habría re-cagado de frío, pero habría valido la pena. Al indagar me percaté que necesitaba una visa, trámite que tomaba, en un 93% de los casos, menos de 2 días en la ciudad de Detroit. Anillo al dedo. Me quedo unos 2 días ahí y luego subo a Toronto y la paso chancho en una hostal de Hostelling International por $23 la noche. ¡Qué mejor! Malas noticias. En Detroit no hay hostales y además hay que pagar la no despreciable suma de $70 por los trámites de la visa. En suma, habría tenido que pagar ridículas sumas por un chichecillo.) Al final, buscando destinos, encontré Indianapolis. Encontré una linda hostal que cobraba algo de $22 por noche. Impeke! La reservé. Reservé el tren hasta Chicago y además la hostal en Chicago. Todo de una para que no me pasara lo que me pasó con DC (que no habían cupos en hostales), (por eso anduve de hotel en hotel). Antes de esto había salido a comer. Solo. Mesa para 1. Comiendo solo. Realmente me sentía mal. Como en los primeros días. Me carga estar solo. Me dan unas ganas terribles de volver, o no necesariamente de volver, de estar con mi polola, de compartir con mi familia, de estar con amigos, de estar con un extraño, conversando, compartiendo el momento con alguien. Me faltó eso. Luego de casi quebrarme volví a la pieza y comenzó el torbellino del itinerario. Se me hizo realmente tarde, pero estaba tranquilo porque me acostaba y dormía tranquilamente para el gran día que se venía: Inauguration Day. Estaba terminando mi schedule cuando repentinamente me acuerdo: ¡la ropa wn!, Crap! ¡Era demasiado tarde! Eran como las 11pm y todavía no lavaba mi ropa. Demet! Luego de vestirme para ir al gym (mientras mis ropas se lavaban) fui a visitar al conserje. Consejos para llegar mañana al terminal. Tenía que tomar mi bus a las 7.30am para llegar como a las 9 a DC. Pésimo. No hay transporte público a la hora deseada así que voy a tener que pedir un taxi para que me lleve. Mientras escuchaba sus palabras me llevaba mi mano al ojo para sobarlo por última vez. Luego de cambiar unos quarters para la lavadora y la secadora me fui raudo a la pieza para reservar el taxi. Aquí comienza mi guerra contra los negros. "¡=(/!)()"%(!)("$/=!)"$ que hablan mal!". No pronuncian. Además tienen una actitud de orgullo gatillada probablemente por la discriminación sufrida hace muchos años atrás con la que creen hacerse valer más que el simple mortal. Me están cayendo mal... Luego de una ardua discusión llegué a la conclusión que no podía reservar el taxi con tanta anticipación (wow, qué harto, 6 horas), que debía llamar mañana y que no me podían dar ningún adelanto por teléfono sobre cuánto me iba a salir la gracia. Muchas gracias. Rojo de rabia me fui a lavar mis cosas. Para colmo no había dispensador de detergente. Arrrrggg!!!!!!!.... ¿Cómo no van a pensar que el turista no anda con todo? ¡Idiotas! Para colmo voy a la recepción y no hay solución. Ante mi petición de comprar detergente de su lavandería (que por supuesto tenían para lavar cuanta sábana y toalla existiera) me contestaron que era industrial y que era mejor que no lo ocupara... aaaaaa!!!!!! ¡Bastardos mala onda! Ésto se solucionaba de una manera fácil y rápida. Debía ocupar el jabón de la pieza. Simple. Agarré 2 jabones y se los puse. Me fui feliz al gym. Hice lo mío y luego de 25 minutos volví. Para mi sorpresa los jabones estaban intactos. Jabones y la )()(!/(&!... fui de vuelta a la pieza, esta vez en busca de shampoo, un detergente más blando que el jabón madafaka. Lo puse completo y me olvidé del asunto. Si resulta, bien, si no, mala cuea. Volví al gym. Volví para activar la secadora. ¡1 hora de espera!, ¡no puede ser!, ¡Voy a dormir nada esta noche! Tenía que despertarme a las 5am y ya eran las 12am. Me bañé, me tomé mi tiempo y cuando terminó la cuenta regresiva fui a buscar la ropa. La tiré en el suelo y apagué inmediatamente la luz. Eran las 1.15am.


Martes

Afortunadamente, gracias a la técnica milenaria super sayayin de dejar el cel lejos de tu lecho, me pude poner en pie rápidamente. 5am, tiempo prudente como para ponerme en contacto con Jimmy´s Cab. Nuevamente encuentros cercanos del 3er tipo con los negros... ¡Pronuncia bien mujer! Para colmo, al decirle que lo quería para las 6am me dice que es demasiado pronto. Llame de vuelta a las 5.30. AAARRRRGGGG!!!!! Bien, ya completamente despierto, me baño y ordeno mis cosas de vuelta a la mochila. El tiempo vuela y tengo que cancelar todavía las llamadas hechas al taxi y a la hostal. 5.50 y estaba en el lobby. Termino el trámite y el taxi estaba afuera. Todo funcionando perfecto, como reloj suizo. Llego tuerto al terminal de buses y pido mi ticket luego de haber hecho una cola semi-larga (comparada con las dimensiones de ésta cuando se acercaba la hora de embarque). Me subo tranquilamente y llego a DC. Simplificado: caos. DEMASIADA GENTE. Todos yendo a todas partes. Me pongo en la cola para guardar mis cosas (mochila, maleta) durante el día. Luego de 1 hora cronológica recién me desocupo y estoy libre para actuar. Necesidades básicas: vaciar la vejiga y comer para que no me joda el estómago cuando esté ocupado. Solución: baño y luego un hermoso pedazo de pizza (a las 10.30am, pero qué más da, estoy en Estados Unidos, paso camuflado... :P ) Luego de investigar dónde entrar tomo el metro, me bajo y camino. Veo una cola gigantesca que terminaba en una reja tipo "Soy Leyenda" cuando Will Smith va a dejar a su family al helocóptero. Vivamente (ñacañaca) me doy cuenta en no más de 1 segundo que hacer la cola es ridículo y que mezclarse con el gentío cerca del punto de entrada hacía más factible una entrada rápida. Haciéndome el tonto voy como distraído y caigo justamente donde quería. Miro alrededor, nadie dice nada, todo bien xD misión completada. Antes de eso me había percatado de un letrero que hacía explícito que no podían entrar mochilas o bolsos más grandes que 6'' x algo x algo. Mucho, MUCHO más pequeño que mi mochila. Ignorado ésto me dispongo a esperar con la masa. Gritos esporádicos, expectación general, me sentía como cuando estas presto a ingresar al estadio a escuchar a tu banda favorita. Luego de un rato esperando ahí, empezaron las típicas conversaciones entre los pares: "¿Tienes el ticket, right?, Oh, sí. Lo obtuve en _____, ¡me costó tanto!" Ante lo cual miraba como así ¬¬ Necesitaba de un ticket para entrar. ¡Qué mal! Me salí de la fila porque en realidad, si no tenía ticket, no había por qué congelarse por las puras. Me fui a una cafetería cercana para robar internet y ver un lugar donde observar alguna pantalla gigante que me permitiera vivir el momento, aunque sea, desde lejos. Al salir del lugar, y caminando por la calle sin vehículos particulares me encontré a un grupo de gente haciendo un corro. Me acerqué y de hecho estaban regalando tickets para la parada presidencial (the parade). La cuestión era simple: ingresar en la intersección entre la 18 y H. Una vez ahí, nuevamente la leyenda de la mochila embrujada. Ignorado ésto me apronto a ingresar pero soy detenido por un voluntario quien me dice que no puedo ingresar con ella, pero si la compacto, maybe pueda entrar. Dicho y hecho, compactada y todo aún así no podía entrar... =( Solución rápida: dejarla en alguna de las tiendas aledañas para que la guardaran hasta eso de las 6pm para que la recogiera y me subiera al bus que tenía reservado para las 8.10pm que me llevaría a Indianapolis. Luego de muchos intentos finalmente fue aceptada en uno, pero con la condición de ser retirada antes de las 4pm porque a esa hora cerraban. Malditos gringos. ¿Por qué todo tan temprano? Sin pensarlo dos veces (por la dificultad para mí de encontrar un lugar para ella y la dificultad para ellos, porque si fuese una bomba o algo, serían mitad partícipes del atentado tentativo) la dejé allí y me dispuse a cruzar la barrera de seguridad. Una vez cruzada mi expectación creció y era justo como cuando pasas la última seguridad y tienes el escenario enfrente, con los teloneros ya tocando. Caminando y caminando encontré un puesto, un pequeño puestecito justamente frente a la Casa Blanca. Increíble, no lo podía creer. Estaba justamente para el mejor momento. El moreno debía estar a menos de 30m mío cuando pasase y a unos 50m cuando se estableciese. La hora era 1.05pm aprox. Había leído que la parada comenzaba a las 2.30pm. Como son puntuales estos gringos -díjome- a las 3-3.15pm estaré viendo al implicado y luego de muchas fotos me iré feliz por mi mochila en dirección al terminal. La hora pasaba lenta. Tenía más de 1 hora para esperar en el inclemente frío. Mientras pasaba el tiempo lo que más tomaba mi atención, al punto de preocuparme, fue el intenso frío en mis pies. Ya había pasado la etapa del desagrado. estaba ya en la etapa del dolor. Luego de mucho tiempo esperando, llegan las 2.30pm. Mi consciencia dictando voces de aliento a mis pobres patitas (idiota, no llevaste más calcetines). La hora pasaba, y pasaba, y pasaba, y la parada no comenzaba aún (debían zarpar desde el Capitolio y llegar a la Casa Blanca). Eran las 3.20pm y me estaba preocupando, no tanto por mis pies, sino porque me iban a cerrar la tienda, con mis cosas dentro y ¡todavía no veía al moreno! Eran ya las 3.30pm y finalmente me fui. ¡No me había demorado tanto en bajar una gradería en mi vida! Tenía demasiado frío, y por lo de mis pies, mi caminar parecía de pingüino... jajajaja... Me demoré mucho en salir del perímetro de seguridad, pingüineando lentamente hasta la tienda en cuestión. Resignado completamente y más atento de calentar mi cuerpo que de ver al moreno me fui en metro hasta Union Station. Comí. Vi unos libros/revistas. Me compré una American Scientific y partí a recoger mis cosas. Me fui a la estación de buses y el caos era peor que el de la mañana. Millones de personas ahora agolpaban el terminal de trenes y de buses para irse a casa luego de una brillante sesión (para ellos, por supuesto). Una vez en el terminal el bus abordó antes de tiempo. Bien y mal. Bien, porque iba a llegar antes, pero mal porque tendría que esperar más tiempo por mi combinación. En todo caso, mejor, porque así salía rápidamente de la congestión humana. Me tocó el último puesto de la última fila entre dos simpáticas niñas negras. Nuevamente, con una, el problema de la pronunciación. Con la otra no, muy buena conversación. Luego de una parada a eso de las 11.30pm por un pedazo de pizza enfilamos ruta hacia Pittsburgh. En realidad no sabía muy bien cómo iba a ser mi viaje. Seguía ilusamente pensando que el mismo bus haría todo el recorrido hasta Indianapolis, pero, lógicamente, estaba errado.


Miércoles

1.45 - 2am y llego a Pittsburgh con un dolor de cuello tremendo (por dormir tan cómodamente). Pido un café y un muffin para luego hacer la fila. Para mi sorpresa ¡ya había gente! 2 horas antes ya había gente haciendo la fila. De lo que no me percaté fue que al bajar del bus debía pedir un número de contraseña para poder entrar primero al bus debido a que era pasajero en tránsito haciendo combinación, no integrándome de 0 al viaje, por lo que me subí al bus nuevamente de los últimos y quedé en la misma posición en que me vine hasta Pittsburgh. Me negué completamente a sentarme donde mismo y -amablemente- el señor que estaba hacia el lado del baño (porque son 3 asientos en la última fila, me había venido en el del medio) se corrió hacia el centro, posición de lo más incómoda. Tenía ya la experiencia del viaje reciente y el que hice desde Tacna hasta Puno (Perú), viaje asqueroso, bajo el efecto de benzodiacepinas y todo no pude dormir (así de incómodo fue). Parecía espárrago o churro. Apoyándome en el Pepo (por muy gay que parezca) o en el asiento de adelante... jajajaja... ahora, de hecho, hice lo mismo, me tuve que apoyar sobre el asiento delantero, combinando a veces con poner la cabeza entre las piernas sujetándola con las manos y/o brazos. En fin. Bus nuevo. Viaje nuevo. Asiento casi nuevo. Presentación de compañeros de viaje. El de la ventana era de Tenesse y el del medio era de... no me acuerdo, pero parece que era medio mariconcito... Tenía un tono de voz medio fino y sabía demasiado de cosas astrales. Me preguntó si era acuario o algo así... jajajaja... ¡lo único que quería era que apagaran las luces para dormir un poco! Luego de cortar la conversación poniéndome los audífonos y con un "ok, me voy a dormir ahora" pude conciliar el sueño fácilmente. Lógicamente que es debido a la extenuante sesión a la que estuve sometido el día anterior con pocas horas de sueño en el cuerpo. Pero, de no haber sido por lo anterior, habría sido dificilísimo porque -básicamente- estaba durmiendo sentado: espalda con fémur en 90° y la cabeza un poco hacia el lado, ayudada con mi chaqueta-almohada de campaña. Luego de un reconfortante sueño despierto nuevamente, son las 7am. ¿Dónde estamos ahora? En Columbus, Ohio. ¿Novedad? Tienes que bajarte denuevo. Gad-demet! Nuevamente bajar del bus, ahora pidiendo contraseña, echándole un ojo a mis cosas, esperando 1,2 hora para el siguiente bus... ¡qué mal! Luego, mi último bus. 8.30am. Destino: Indianapolis. Subo, acomodo mi almohada, me pongo los guantes (tenía friito :P), ¿y? ¡a dormir!, woohoo! Despierto de pronto cuando el conductor se refiere a nosotros para contarnos que estamos en Springfield, jajajaja.... sí, Springfield. Lo primero que se me ocurre es ¿dónde está avenida siempreviva? jajajaj... Luego de unas instrucciones creo que menciona que hay que bajarse de nuevo, o quizás lo soñé :P Estaba realmente acostumbrado a bajarme del bus. Luego, en el medio de la ruta, recuerdo esta invención en mi cabeza y automáticamente comienzo a meterme miedo. "Me pasé... Cresta, me pasé. ¿Qué hago ahora loco? Voy a tener que pagar un pasaje de vuelta.... uta!!!" Me pongo de pie de inmediato y me pongo en contacto con el conductor, quien entre amable y hostigado dice que había mencionado que Indianapolis era nuestro próximo destino hace un par de minutos atrás. Mi mente sólo se reía... jajajjaa... "Lo que hace el sueño..." Luego, al tomar asiento, este amable caballero que tenía como compañero de viaje me pregunta si estoy bien, si me siento bien. Le contesto que sí, que debido a mi profundo sueño había despertado con la sensación que me había pasado de ciudad. Y así comenzó una gran conversación que abarcó desde la situación económica mundial hasta el dogma DNA-RNA-Proteína. Luego de tocar suelo indianapolés bajé del bus sin idea alguna de dónde estaba parado. Mi aliado me había fallado. Mi laptop estaba sin batería, pero además no tenía ni siquiera una red a la cual robarle internet y saber dónde estaba. Afortunadamente (no sé si los planes de internet móvil son muy baratos o qué, pero todo el mundo tiene Blackberries o iPhones o iPods touch con conexión 3G) un amable policía me prestó su blackberry para tasar dónde estaba parado y dónde debía ir. Luego de las direcciones pertinentes me puse en camino. En busca del bus prometido. No lo encontré. Instead encontré un centro comercial al cual entré con ilusiones de encontrar internet. Así lo hice. Aproveché de almorzar decentemente (no comiendo pizza) y nutrirme de información acerca de mi locación y dirección. Luego de ciertas consultas al personal de aseo estaba en ruta. Debía llegar a la 46ta y College St. Resumen: caminé mucho, hacía mucho frío, pero finalmente llegué. Al aproximarme a la propiedad pasé por un vecindario muy residencial. Encontrar comercio acá es poco frecuente. Por lo que ya iba temiendo acerca de la tónica de la hostal. Cuando di con ella me recibió un señor de edad que ya sabía mi nombre (porque había llamado para hacer unas consultas, sin embargo que recuerde quién llamó es algo grande), me ofrece amablemente un té con un acento británico que no se lo quita nadie. Le respondo que prefiero el café, y si es posible, sería mejor un chocolate caliente. Solo tenía café. Dejo mis cosas en la pasada bajo la escalera y él está sirviendo ya el café. No es un  nescafé cualquiera, ¡lo está filtrando!, ¡qué lata!... jajajajajja... ¿se da la lata de servirle un café a todos?, quizás es por eso que ofrece té, jajajajja. En fin. Es un caballero muy amable, cuyo nombre no puedo recordar, quien luego de mostrarme "mi" pieza me introduce al entorno. Lugares donde comprar abarrotes, buses que tomar para ir al centro, etc. Cuando me mostró la hostal no pude evitar una cara entre felicidad y sorpresa, sorpresa máxima. Nunca en la vida había tenido tanta hospitalidad por $22 la noche, ni siquiera pagando sumas ridículas en hoteles que son fríos al final. Luego de tomar el café, mientras revisaba mi correo y escribía las primeras líneas de este post me comenta que va a preparar cena y me pregunta si quiero cenar- Yo, ni tonto ni perezoso, pero tampoco con ánimos de aprovecharme de su hospitalidad infinita, acepto. Y luego de 20 minutos estamos cenando en la cocina un rico plato con vegetales varios, demasiados vegetales, un poco picante pero muy bueno (6pm). Culminando así su ronda de gestos amables del día. No me queda más que lavar mi plato (no le voy a pedir que me lo lave.... jajjajajajajaj) y me dispongo a rellenar este post. Luego de un buen rato se me acerca un invitado. Es de Pakistan, trabajó en Mayo por aproximadamente 2 años y tiene excelentes contactos que me pueden ser últiles en demasía.

Luego de esta última experiencia puedo afirmar que el mundo es pequeño, o bien, quizás el destino existe, quizás el argumento de "El Secreto" (el libro) existe, quizás hay un dios, perhaps, perhaps... ¿Quién sabe? Por lo pronto sé para dónde va mi vida y sé que hay mucha gente dispuesta a ayudarme, pero no dejo de asombrarme sobremanera de la manera en que las cosas se suscitan. No sé a qué atribuirlo, pero lo tomo anyway. Sé que cuando encuentre a un joven con tantas ganas de surgir le brindaré una mano (ojalá que no se tome el codo... jajajajajja... la nota light dentro de tanta filosofía de vida). En fin...


Datos curiosos. ¿Sabía usted que...

  • ...a Sebastián le buscaron el significado de su nombre en un libro de significados de nombres en un bus desde Pittsburgh a Columbus?
  • ...me preguntaron si era modelo en Union Station, mientras esperaba por guardar mi mochila y mi maleta? (WTF!)
  • ...me preguntaron si era militar en el terminal de buses en Pittsburgh?


Interesante viaje. Es increíble cómo puedes conocer a tanta gente en tan poco tiempo. Están ahí, esperando por conocerte. Sólo tienes que extender tu mano y están por montones.

Son las 10.50pm y la "hostal" -que de ahora en adelante llamaremos "casa"- están todos durmiendo desde aproximadamente las 9pm... país ñoño...


Notas finales:

  • Si leíste todo, hasta acá, es porque tienes demasiado tiempo libre, ó...
  • Eres familiar mío.
  • :P
Cariños y besos grandotes a todos. Voy a actualizar las fotos ahora. Los extraño a todos. Qué no daría por estar en la playita con mi amor... Pronto... se viene.

;)

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