Monday, January 12, 2009

Laundry stories

Sábado y domingo

Con una tormenta del demonio me dirigí hacia la universidad de Nueva York, esta vez más preparado. Antes de salir de la hostal tomé nota de dónde quedaba y a quíén contactaría.Luego de caminar por la 33ra hacia la 1ra me agarra una tormenta horrible así que mi viaje se convirtió en una pequeña odisea. Una vez ahí revisé el lugar... todo bonito pero se notaba algo vacío. "Mish, que raro". Pregunto por mi contacto y ya se había ido... "de nuevo :/" Sin más que hacer que caminar, genero un panorama propio y decido ir al edificio de las Naciones Unidas. Al caminar y hacerse súper difícil el camino finalmente desistí. Aún si llegaba al edificio no lo iba a poder siquiera ver. Panorama nuevo: ¡PIZZA!... jajajaja... no había comido desde la mañana, así que tenía mucha hambre. Luego de comer caminé mucho, vi una plaza y llegue finalmente al Roma de NYC: Times Square. Luego de seguir visitando tiendas tranquilamente, me dolían los pies. Un descanzo en la hostal no me haría mal. Dicho y hecho, tomo el tren y me voy. A petición del público me hago un Facebook, hablo un ratito con Chile, llamo a mi amigo Lucas y nos juntamos todos a comer. En general, comas lo que comas siempre vas a terminar pagando unos $10. Este restaurant parecía bastante decente y justamente pagabas $10 por casi todo... ¡una ganga! -guardando las proporciones de caso-. Con buena conversación y dusfrutando entremedio de una botella de vino tinto elegida por mí (Merlot de California, un tanto dulce y liviano para mi gusto) enfilamos luego hacia un club. Habíamos ido a uno el día anterior pero bonestaba tan bueno, por lo que tratamos de ir al de al lado. Por desfortuna el ingreso era solo siendo amigo del que celebraba su algodentro, es decir, tenías que estar en la lista. Luego de varias vueltas finalmente pudimos entrar a uno. Estaba bastante bueno. Valiéndome de mi calidad de sudamericano era super fácil entrar a conversar. Conocí a mucha gente: gente gringa, una ecuatoriana, otras de Suiza... Luego del cierre (4am) estaba un tanto cansado, pero mis compas estaban tremendamente activados debido a que era su última noche en la gran manzana. Así que preguntaron por algún clubque estuviera abierto hasta un poco más tarde, lo encontraron. Cabeando por aquí y por allá llegamos al segundo club. Hacía un frío tremendo afuera, pero gracias a mi protección extrema (polera, chaqueta, parka, parka) el frío se hacía sobrellevable, sumado a mis botas 100% waterproof estaba más que dado (llovía copiosamente). Una vez dentro la pasamos muy bien también. Al estar en un rincón bailando apareció una chica que quería bailar conmigo, resultó ser mexicana y tenía un grupo de amigas (mexicanas tb ¬¬), les presenté a los holandeses y fue genial. Balance general: mucha gente de todas partes del mundo, resultado final: baño cultural. Al final de las fiestas (8am), su bajón y calabaza. Como Lucas y Paul se iban hoy a eso de las 3.30 tenían la intención de quedarse hasta más tarde (pasar de largo sin dormir) paseando en Times Square (hazaña típica de último día). Como mi estado era deplorable (mis pies me estaban matando y el cansancio era extremo) le pedí a Peter que nos fueramos a la hostal porque ya era mucho. Como también estaba cansadísimo nos fuimos en el metro. Nos despertó Paul luego a eso de la 1 porque ya se iba y quería despedirse de nosotros. Fuimos a su encuentro y nos despedimos. Quedaron cordialmente invitados a Chile y yo a Rotterdam. Luego de la despedida fuimos a tomar desayuno. Peter luego se fue a comprar zapatillas y yo me vine a la hostal para tomar una ducha. Luego de la duchy me acordé que estaba crítico en ropa interior. Pregunta flash en la recepción y la lavandería apareció en la calle 104. Una vez ahí pedí instrucciones explícitas acerca del manejo de la lavadora y de todo, en general. Por la apariencia física y su acento rarito caché que era mexicana, así que procedo a darle el sermón en castellano. Era simple: $0.75 para el detergente, $2.25 en monedas de $0.25, carga de ropa según color y listo. Funcionaba perfecto. Luego de una media hora, a la secadora. Luego de otra media hora estaba ya listo. En fin, perdí como una hora y media entre sacar el cálculo de cuánta plata tenía en monedas (mi billetera estaba que explotaba entre pennies, dimes y nickels). Mientras tanto conversaba con las encargadas preguntándoles algo que siempre me llamó la atención: "¿por qué es tan popular ir a lavar tu ropa a la lavandería?", ¿es que no tienes lavadora?. En efecto, los departamentos están configurados para no tener lavadora, o si tienes no te alcanza para la secadora porque ninguno tiene logia. Luego de tanta pregunta vino el momento de reflexión frente a la secadora (porque se demoraba demasiado, o bien estaba ansioso por que terminara y parara de perder tiempo en semejante banalidad), con algo de música desde mi iPod (ALTAMENTE NECESARIO. Porque, como buenas mexicanas, las rancheras estaban a todo volumen) llegué al tan profundo tema de la migración. ¿Seré capaz de vivir acá?, la cultura es tan diferente. Esto de la lavandería como costumbre yankee realmente me impacta, y no me gusta. Es netamente una opinión personal, y no es sólo acerca del hecho de lavar ropa, va más allá, al hecho de enfrentar una cultura completamente diferente, costumbres que son tan populares pero que para mi no lo son. Probablemente cuando estudie tenga algun departamentillo loco, definitivamente con una lavadora y una secadora. En fin, el choque cultural fue el tema de hoy. Luego de la reflexión salí de la lavandería agradeciendo las instrucciones y la conversación a las encargadas, pero también con un deseo de volver a Chile, no inmediatamente, pero sí cuando sea el momento de retornar luego de terminados mis estudios. Tengo la convicción de que la vida puede tomar muchas direcciones y que uno es capaz de tomar una u otra, pero siempre es capaz de contorsionarse, cosa que si antes veías una línea recta entre A y C, al recorrer la ruta te encuentras con que la misma línea no era recta y que además pasaba por B o no llegaba a C. Es decir, puede que nunca me tenga que ver enfrentado a la disyuntiva: me quedo acá o vuelvo. En fin, luego de tanta filosofía estaba cansadito. Al volver a la pieza me encontré con nuestras compañeras de pieza, las australianas. Conversamos un rato y luego me dije: "no puedes descanzar", no vine a descanzar, lo tenía muy claro desde antes y sigue en mi mente de esta manera. Tenía muchas ganas de conocer el Madison Square Garden, así que sin vacilación agarré mi chaqueta y me fui. Me bajé en la estación de la 34 y caminé muuuucho. Visité el MSG, un mall terrible de rasca (jajaja) (fome) y muchas otras tiendas. En eso me encuentro con una caseta de información al turista gentilmente colocada por la gente del distrito de la 34 que tenía las atracciones turísticas que no debían faltar en la cámara de cualquier turista (sea chino, japonés, coreano o tailandés xD). Una de esas atracciones era el Empire State Building que quedaba muy muy cerca, en la 34 con la 5ta. Para aliviar el rugido abdominal pasé por una pizzería y a lo gringo me la fui comiendo en la calle hasta entrar al ESB. Subí en el ascensor solito (se te tapaban los oídos al subir) y cuando llegabas al piso 86 estabas listo. Mucho frío, pero gracias a la súper técnica del oso (tan tapado en ropa que apenas te podías mover) andabas como si nada. Los guantes son más que fundamentales. Luego de una sesión fotográfica como para poner de fondo de pantalla no había más que hacer. 8pm y me venía a la hostal. Luego de un chocolate caliente me puse a escribir. Como comento siempre, el internet de la hostal es asqueroso, de hecho ni siquiera es de acá. De hecho figura la red de la hostal, pero no se conecta. Una de las recepcionista me dijo que no había que modificar nada, pero yo creo que no. Tendré que preguntar denuevo. Pues bien. 10pm. Ahora no me vendría mal una cenilla :P ñam!

byebye!

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